Capítulo 1032

Samuel tampoco sospechaba nada; al fin y al cabo, esa era la habitación principal. Aún no sabía que Claudia había sido invitada. —Camila, entra. Samuel le permitió pasar. Claudia no pudo contener la alegría; sonrió ligeramente. Puso la mano en el pomo de la puerta y entró. Dentro flotaba un fresco aroma a jabón de baño. Samuel creyó que era Camila quien había entrado, giró la cabeza y dijo: —Camila... Samuel se detuvo de golpe. Aunque, a través de la puerta de vidrio esmerilado, no podía distinguir con claridad a la persona que estaba afuera, su intuición le dijo que no se trataba de Camila. Claudia, emocionada, alzó la mirada; quería contemplar el cuerpo de aquel hombre cuando saliera. Pero apenas levantó la cabeza, alcanzó a distinguir vagamente una silueta tras el vidrio esmerilado. Al instante, un frasco de gel baño voló hacia ella. —¡¿Quién anda ahí?! ¡Fuera! La voz sombría de Samuel acompañó al frasco, que salió disparado con precisión y golpeó de lleno la cabeza de Claudia. ¡Pum