Capítulo 1066
Teresa asintió. —Sí, ahora llevaré la sopa al hospital para que Camila la tome caliente.
Claudia extendió la mano. —Déjame ayudarte.
Ella la rechazó. —No hace falta, Claudia, yo me encargo, ¡no necesito tu ayuda!
Claudia se quedó sin palabras; Teresa no le estaba dando la oportunidad de envenenarla.
Luego dijo: —Claudia, ¿qué estás haciendo ahí? Ve a sentarte un rato en la sala, ya termino en seguida.
Ella estaba muy inquieta; la sopa ya estaba servida y si no encontraba otra oportunidad, perdería esa ocasión única en la vida.
La bolsita con el veneno seguía guardada en su bolsillo.
Claudia dijo: —Teresa, yo también quiero hacer algo por Camila, mejor déjame a mí.
Ella extendió la mano para arrebatarle la cuchara.
Pero se le apartó. —De verdad no necesito ayuda, Así solo estorbas.
Claudia no sabía qué decir.
Ella se quedó sin palabras. No sabía qué hacer.
En ese momento, Teresa dijo: —¡Eh! ¿Dónde está el termo? ¿Dónde quedó el termo?
Ella preguntó: —¿Se ha perdido el termo?
—Sí, hace u

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