Capítulo 1082
Dos personas que se enamoraron desde jóvenes, finalmente, se aventuraban juntas matrimonio. Todo era perfecto.
Dos horas después, la manicurista dijo: —¡Señorita Camila, ya hemos terminado sus uñas! Si hay algo que no le gusta, todavía podemos corregirlo.
Camila respondió: —Estoy muy satisfecha, no es necesario cambiar nada.
Camila giró la cabeza para mirar a Samuel. —Cariño, ¿se ven bonitas?
Durante esas dos horas, Samuel había estado sentado a su lado, en el sofá, leyendo el periódico. Al escucharla, se levantó, se acercó a Camila, tomó sus manos y dijo: —Sí, se ven hermosas.
Camila sonrió. —¡Yo también creo que se ven preciosas!
Muy pronto, algo fue colocado en la mano de Camila. Bajó la mirada y vio un anillo de diamantes.
Samuel deslizaba un anillo de compromiso en su dedo.
Camila, sorprendida, preguntó: —Cariño, ¿qué estás haciendo?
Samuel se arrodilló lentamente sobre una rodilla. —¡Camila, quiero pedirte matrimonio!
Ella replicó, confundida y emocionada: —¡Pero si ya me lo habí

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