Capítulo 156
Rosa sonrió con total confianza. —Abuela, esto es solo el comienzo, más adelante llegaré aún más lejos.
Doña Sara sonrió ampliamente, convencida de que su nieta era excepcional y que sin duda le traería gloria a la familia Pérez.
Ricardo y Patricia estaban muy felices. Cuanto más sobresaliente fuera su hija, más posibilidades tendría de casarse con alguien de buena posición.
En ese momento, doña Sara vio a Raquel detrás y su expresión cambió. —Raquel, ¿quién te permitió venir aquí?
Raquel también había llegado, pero toda la familia estaba tan inmersa en la alegría que no la habían notado.
Rosa miró a Raquel y dijo: —Abuela, fui yo quien invitó a Raquel. Ella también quería conocer el mundo, así que déjala quedarse aquí.
Doña Sara no quería ver a Raquel. Rosa y Ana aportaban prestigio a la familia Pérez, pero Raquel solo les traía vergüenza.
En su corazón, nunca consideró a Raquel como su nieta.
Como Rosa ya había hablado, doña Sara, con un tono poco amistoso, dijo: —Raquel, compórtate.

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