Capítulo 183
Raquel sintió un amargo sabor en el corazón. —Sé que el presidente Alberto me odia.
Ramón quiso decir algo, pero al final se quedó callado. —Raquelita, quédate aquí esperando. Yo iré al garaje a traer el auto.
Raquel asintió. —Está bien.
Ramón se fue.
Raquel permaneció sola, esperando. En ese momento, una figura apareció detrás de ella.
Era Alberto.
Alberto también había bajado, llevaba un abrigo negro delgado, con una presencia distinguida, pero fría.
Lo miró a Raquel, quien tenía la cabeza agachada, observando la punta de sus zapatos, como si estuviera absorta en sus pensamientos.
Alberto apretó ligeramente los labios, apartó la mirada y se dio la vuelta para irse.
Justo en ese momento, Odalio y sus hombres llegaron rápidamente. Odalio vio al instante la delicada y cautivadora figura de Raquel.
Odalio sonrió. —¡Es ella! No esperaba que fuera una belleza celestial.
Los hombres de negro se entusiasmaron. —Odalio, esta belleza es aún más hermosa que las prostitutas

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