Capítulo 372
Pero no consiguió tocarlo, ya que Héctor sujetó sus frágiles muñecas y las empujó contra la pared, acercándose imponentemente. —Solo te observé, no te toqué —afirmó.
Así, le impidió tocarlo.
Camila parpadeó, sorprendida por la proximidad. Su semblante frío y distante ahora estaba justo frente al suyo. Camila balbuceó: —¿Qué... qué haces tan cerca de mí?
Héctor se tensó, ahora consciente de que sus cuerpos estaban completamente unidos, con sus muñecas sujetas y su tórax prominente presionado contra ella, generando una atmósfera indudablemente ambigua.
De inmediato, Héctor soltó sus muñecas y retrocedió dos pasos, estableciendo una distancia prudente.
Camila sintió calor en las fosas nasales, se tocó con la mano y descubrió que sus dedos estaban manchados de sangre.
—Ah, estoy sangrando —exclamó asustada.
Héctor la observó un momento; efectivamente, tenía una hemorragia nasal.
Le ofreció dos pañuelos de papel y le indicó: —Levanta la cabeza, pronto pasará.
Camila aceptó los pañuelos y le

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