Capítulo 580
Dicho esto, Alarico dio un paso adelante, mirando a Camila con pasión: —Camila, ya no me atrae Elena; me he enamorado de ti.
Había confesado que Elena ya no le atraía.
Mencionó que ahora sus sentimientos eran para Camila.
Ella, sorprendida, no esperaba tal declaración de Alarico, un hombre que antes la había despreciado y engañado. Ahora, él afirmaba que le gustaba.
De repente, Alarico extendió su mano y la abrazó con fuerza.
Camila, frágil y delicada, desprendía un dulce aroma femenino que inundaba el ambiente. Alarico la abrazó fuertemente: —Camila, estemos juntos.
En ese momento, Héctor estaba afuera; acababa de planear entrar para buscar a Camila, pero entonces llegó un deslumbrante auto deportivo: Alarico había llegado.
Observó cómo Alarico tocaba la puerta y cómo Camila la abría.
Ahora él estaba afuera, observando cómo Alarico abrazaba firmemente a Camila.
La mano de Héctor, que colgaba a su lado, se cerró de repente en un puño, y se oyó el crujido de sus nudillos.
La escena lo a

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