Capítulo 582
Héctor miraba a Melis con una mirada suave: —Está bien.
Melis sonrió con la esquina de su boca y juntos bebieron el vino.
La multitud empezó a chiflar y a gritar: —¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!
Al ver esta escena, Camila sintió como si alguien estuviera apuñalándole el corazón, le dolía profundamente.
Él brindó con Melis.
Él también se iba a casar con Melis.
Él se casaría con otra chica.
¿Por qué le hacía esto?
En ese momento, un joven adinerado gritó: —¡Camarero, trae más vino rápido, que se nos ha acabado!
—Por supuesto.
Un camarero se apresuró con una botella de vino.
Camila detuvo al camarero: —Dame la botella de vino, yo la llevaré.
El camarero se sorprendió: —¿Qué?
Camila sacó un grueso fajo de billetes de su bolsillo y lo deslizó en el del camarero: —Esto es lo que quiero decir.
El camarero comprendió inmediatamente, sonrió con satisfacción y le entregó la botella de vino a Camila: —Está bien, como digas.
Camila tomó la botella, se colocó una máscara y se dirigió hacia el lujoso cubículo

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