Capítulo 600
Además, esa figura importante estaba por llegar, y su futuro era incierto desde ahora, así que en este momento no podía hacerle promesas a Camila.
Héctor era consciente de su egoísmo, sabía que no podía ofrecerle promesas, pero aun así la abrazaba, temeroso de perderla.
Camila levantó la mano y la posó alrededor del cuello de él: —Héctor, tienes que ser solo mío, ¿entiendes?
—¡Tienes que ser solo mío!
Este era el deseo posesivo de Camila hacia él.
Héctor sostuvo su nuca y capturó sus labios rojos en un beso.
Sin embargo, fue un beso breve que pronto terminó, y Camila, obediente, se acurrucó en su pecho.
Héctor le dijo: —Camila, duérmete.
Camila se sentía realmente cansada, cerró los ojos.
Cuando Camila despertó, Héctor ya no estaba, y las pruebas habían comenzado. Camila llevó a Fernanda al lugar del examen; el primer día de pruebas resultó muy satisfactorio, y Fernanda regresaba convencida de que sus puntajes eran casi perfectos.
Ese año, Héctor fue el primero en la prueba de acceso a

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