Capítulo 614
Ja.
Jajaja.
María gritó con desesperación: —¡¡¡Alguien!!! ¡¡Rápido, que venga alguien!!
Raquel alzó la mirada, y sus ojos claros y brillantes se posaron en el rostro de María. Curvó sus labios rojos y esbozó una suave sonrisa.
—¿De qué te ríes, Raquel? ¡Tú mataste a mi esposo y aun así te atreves a reír! —María sintió que aquella sonrisa era profundamente perturbadora.
Raquel con sarcasmo sostuvo la mirada de María. —¿Estás tan segura de que tu esposo está muerto?
María quedó perpleja. —¿Qué quieres decir, Raquel? Mi esposo no respira, ¡por supuesto que está muerto!
Raquel respondió calmada: —Entonces intenta comprobar de nuevo si respira.
Con desconfianza, María colocó los dedos bajo las aletas de la nariz de Alejandro. Estaba frío, y efectivamente, no respiraba.
María quiso apartar la mano. Iba a gritarle enloquecida a Raquel por burlarse de ella, pero en ese instante, Alejandro abrió los ojos de golpe.
María lanzó un grito agudo: —¡Ah!
En ese preciso momento, Alejandro extendió la m

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