Capítulo 668
Alberto no sospechó nada. — Muy bien, estaré pendiente de Bethra y de mi madre. Tú cuídate.
Raquel sorprendida dijo. —Lo haré.
...
Media hora después, Raquel llegó a la bodega privada según la dirección indicada. La sirvienta dijo, —¿Es usted la señorita Raquel?
Raquel respondió. —Sí, soy yo.
—Señorita Raquel, para las fiestas locas en nuestra bodega privada es necesario cambiarse de ropa. Aquí tiene la ropa que hemos preparado para usted. Por favor, cámbiese.
Raquel tomó apresurada la ropa. —Está bien.
Raquel entró al vestidor y abrió el paquete. Era un vestido negro de tirantes, con la espalda medio descubierta, muy sensual y atrevido.
Ahora no tenía otra opción, así que se lo puso.
El vestido negro de tirantes resaltaba por completo la figura esbelta y atractiva de Raquel. Sus hermosas clavículas y hombros parecían de porcelana, y la mitad de su espalda quedaba al descubierto, tan delicada y bella que uno deseaba abrazarla.
Raquel salió y entró en la fiesta loca.
Había numerosos hom

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