Capítulo 886
Camila curvó sus labios; sabía que el rostro de Samuel seguramente se había recuperado y volvía a ser como antes.
En ese momento, Luciano se acercó. —Camila, qué coincidencia, nos volvemos a encontrar.
Camila también creyó que era una coincidencia. La última vez también se había encontrado con Luciano cuando cenaba en un restaurante privado.
Camila sonrió levemente. —Luciano, hola, permíteme presentarte a una buena amiga mía, Raquel.
Luciano asintió cortésmente. —Señorita Raquel, mucho gusto.
Raquel dijo: —Hola.
Camila preguntó: —Luciano, ¿viniste aquí a comer?
Luciano asintió. —Sí.
En ese momento, Raquel tiró de Camila. —Camila, el señor Samuel llegó.
Samuel había llegado.
Al escuchar ese nombre, el corazón de Camila comenzó a latir más rápido; llevaba ya un mes entero sin ver a Samuel.
Camila se giró y vio en la entrada una figura alta y apuesto, era Samuel.
Ese día, Samuel vestía un traje negro perfectamente ajustado, con hombros anchos, cintura estrecha y piernas largas; su atracti

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