Capítulo 920
La lucha de Camila no tuvo ningún efecto; los fuertes brazos de Samuel la sostenían con firmeza en su pecho mientras los dos entraban a la empresa. Los empleados que pasaban se giraron asombrados para mirar.
Los empleados estaban sorprendidos: —¡Jefe! ¡Señorita Camila!
Los empleados saludaron a Camila, y su carita se puso completamente roja. —¡Samuel, bájame! ¡Los demás nos están viendo!
Samuel, con pasos firmes y decididos, siguió tranquilo avanzando con grandes zancadas. Curvó los labios y dijo: —Si los demás ven, que vean. No puedo taparles los ojos.
Cada vez más empleados se detenían asombrados a mirar. —¡Jefe! ¡Señorita Camila, buenos días!
La carita de Camila estaba tan roja como un camarón hervido. No tuvo más opción que esconder temerosa el rostro en el pecho de Samuel para evitar que la vieran.
Pero los murmullos de los empleados ya se escuchaban claramente: —Dios mío, ¿nuestro jefe vino al trabajo cargando a su linda novia?
—¿La novia del jefe no era la señorita Inés?
—Se not

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil