Capítulo 929
Samuel sonrió algo travieso. —No hay prisa.
Camila se quedó perpleja. ¿Qué quería decir con eso?
Camila miró asombrada hacia la carretera. Este camino claramente no era el de regreso a su casa. Hoy él la había obligado a acompañarlo, controlando el volante, y ya era de noche pero él aún no la dejaba volver.
Camila dijo, —jefe Samuel, ¿a dónde me lleva ahora? Ya quiero regresar a casa.
Samuel giró la cabeza y la miró divertido, —¿Por qué tanta prisa ah…? ¿Tienes miedo de que te haga daño?
Camila respondió con cierta incomodidad, —...No diga eso. Un caballero como usted nunca me haría daño, ¿verdad?
Ella intentaba manipularlo con la moral.
Pero Samuel no cayó en ese tonto juego. Miró a Camila y dijo, —eso dependerá de tu comportamiento.
Camila no dijo más.
Media hora después, el lujoso auto se detuvo frente a una villa. Era la villa de Samuel; él vivía allí.
Samuel abrió la puerta principal. —Señorita Camila, adelante.
Camila dijo, —jefe Samuel, mejor me voy, ya es muy tarde. Y no quiero

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