Capítulo 933

Las emociones de Alarico comenzaron a agitarse como un volcán. Extendió la mano y presionó con fuerza el hombro de Camila, y gritó con ira: —¿Por qué? ¿Dime por qué estás embarazada del hijo de Samuel? Camila lo miró con desprecio.—Señor Alarico, lo repito una vez más: mis asuntos no tienen nada que ver con usted. ¡A quién llevo en el vientre no es asunto suyo! Alarico apretó furioso los hombros de Camila.—Camila, ¿por qué no puedes darme una oportunidad más? Sólo cometí el error que todos los hombres cometen cuando son jóvenes. Ahora ya he cortado todo lazo con Elena y con esas otras mujeres que andaban por ahí. ¿Por qué no puedes cambiar de opinión? ¿Sabes? Tú eres una joven de familia rica. Por más que Samuel se vista bien, no deja de ser un pobre diablo. Él no está a nuestro nivel, nosotros venimos de la nobleza, somos del mismo mundo. Nosotros estamos hechos el uno para el otro. A Camila le dieron ganas de reír, y de hecho, se rió. —Alarico, ¿cómo te atreves a decir que fue solo u