Capítulo 935
Samuel quedó perplejo por unos segundos, mirando su vientre plano y preguntó: —¿Qué te pasa aquí?
Camila le respondió con otra pregunta cautelosa: —¿Tú qué crees?
La gran mano de Samuel descendió con delicadeza sobre su abdomen, dibujando círculos con ternura, y dijo con cautela: —¿Podría ser que...
Camila sonrió. Al parecer, él ya había adivinado que estaba embarazada.
¿Cuál sería su reacción?
Camila lo miró con cierta expectación. —Samuel, yo...
Samuel dijo: —¿Acaso anoche te hice daño y por eso viniste al hospital a revisarte?
Camila se quedó sin palabras.
La esperanza en sus ojos se desvaneció al instante. ¿Qué clase de lógica absurda era esa? ¡No se trataba de que la hubiera lastimado, sino de que ella estaba embarazada!
El rostro frío y apuesto de Samuel se suavizó un poco. Acariciando con dulzura su vientre, dijo: —Si te hice daño, discúlpame, puedes decírmelo directamente, no necesitas ocultarlo. Eso podría llevar a malentendidos, ¿lo entiendes?
Camila cerró los ojos resignada.

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