Capítulo 964

Un hombre perfecto, no era para tanto. Camila asintió con la cabeza. —Vete. Samuel la arropó con la colcha y luego se dio la vuelta para irse. Se fue. Camila permaneció acostada en la cama, cerró los ojos y pronto se sumió en el sueño. A la mañana siguiente, sonó el celular de Camila. Alarico la estaba llamando. Ella sentía curiosidad por saber cuál sería la próxima jugada de Alarico. Pulsó el botón para contestar, y la voz de Alarico no tardó en llegarle. —Hola, Camila, ¿tienes tiempo? Sal conmigo a comer. Camila respondió: —Creo que nuestra relación no es tan cercana como para salir a comer juntos. Si no tienes nada importante que decirme, voy a colgar. Camila estuvo a punto de colgar la llamada. Pero Alarico la detuvo. —Camila, no cuelgues, sal, tengo algo que decirte. Es sobre Samuel. ¿Alarico quería hablar de Samuel? Camila soltó una carcajada fría. —Está bien, voy para allá. Camila llegó a la cafetería y pronto vio a Alarico, quien ya la estaba esperando. Ella se acercó y se sent