Capítulo 54
Adelaida casi corrió inmediatamente hacia Leocadio.
—No me pasa nada, Adele,—Leocadio negó moviendo la cabeza, con la mano aún sobre su pecho.—¿Está estable Adelfo? ¿Logró superar la crisis?
—Está consciente, pero aún le falta un poco de control sobre el Poder Mental. ¿Puedes aguantar?
Adelaida se agachó junto a Leocadio, sacando un pañuelo de su bolsillo para limpiar la sangre en la comisura de su boca.
Quién lo diría, el pequeño lobo mimado estaba siendo presionado hasta ese punto por el Poder Mental de Adelfo, y aun así se preocupaba por él.
Qué buenos amigos.
—¡Muuu!
Otro rugido resonó, y Adelaida se dio cuenta de que Nataniel intentaba escapar aprovechando el momento en que Adelfo aún luchaba por controlar el Poder Mental.
Afortunadamente, Basilio llegó a tiempo para bloquear el camino de Nataniel.
—Tío, ¿de verdad vas a seguir negándote a ver la realidad?—Basilio, con los ojos rojos, miraba fijamente a Nataniel.
—¿De verdad crees que puedes deshacerte de toda esta responsabilidad

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