Capítulo 149
Patricia dijo: —No me he roto las manos ni los pies, no necesito que me cuides.
Álvaro afirmó con convicción: —Yo quiero hacerlo.
—Siempre pensé que eras bastante serio.
—¿Ya no lo soy?
—Me equivoqué contigo.
—Todavía tienes tiempo para conocerme de nuevo, te doy la oportunidad.
...
Álvaro observó cómo Patricia fruncía el ceño, dejó de bromear y no la molestó más. La levantó de la cama y la llevó al baño. Ella intentó empujarlo sin éxito y terminó siendo advertida por él: —Es temprano, no me provoques.
—¿Estás loco? —Patricia no pudo evitar maldecir, aunque su voz era tan débil que sonaba más como un coqueteo.
—No estoy loco, estoy sano, no te preocupes.
Patricia optó por callarse, sin decir una palabra; realmente no quería tratar con él.
Ella tenía algo más que decir, el Álvaro de ahora sutilmente desprendía un aire de deseo.
Mientras divagaba, Álvaro le pasó el cepillo de dientes ya con pasta, diciendo: —Cepíllate, no te inclines, yo sostendré el recipiente.
Ell

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