...
Ella quería casarse porque era él.
Esas palabras eran prácticamente los sonidos de la naturaleza.
El alma de Desmond también tembló.
Se quedó clavado en el lugar durante mucho tiempo antes de que de repente la abrazara.
Ejerció tanta fuerza que casi la aplastó.
La mano de Desmond en su espalda tembló ligeramente. Toda la sangre de su cuerpo parecía brotar de la emoción. Todo lo que tenía delante se volvió ilusorio. "Si me estás mintiendo..."
Mia levantó la vista y besó sus labios con timidez pero con firmeza.
Lo dejó claro con acciones prácticas.
Sintiendo el calor en sus labios, Desmond finalmente estuvo seguro de que todo era real.
Las mejillas de Mia se sonrojaron por el beso de hace un momento. Ella le preguntó con seriedad: "Desmond, ¿quieres divorciarte de mí ahora?".
"¡No!" Gritó Desmond. Él la abrazó con fuerza y declaró: "Nunca me divorciaré de ti por el resto de mi vida, Mi. ¡Quiero estar contigo para siempre!".
Mía se rió. "¡Entonces no nos divorciaremos!"
El corazón d