Capítulo 3
Wendy Lim y Charlie Hong se volvieron a encontrar. Al parecer, él era el invitado importante que esperaba la familia Lim. Al igual que Wendy, el hombre se sorprendió, sin embargo, lo disimuló al instante. Su rostro no había cambiado en absoluto, su barbilla seguía siendo igual de definida y se veía como el dios más despiadado del mundo.
Wendy Lim no volvió a mirarlo y no tenía esperanza alguna de que él la ayudará. Yolanda Lim, que se encontraba al costado del hombre, se agachó inmediatamente frente a Wendy y le dijo inocentemente: "Querida hermana, ¿estás bien? ¿Por qué haces que papá se enoje tanto siempre que vienes si sabes que tiene presión alta?”
"Papá, por favor, cálmate y ya no te enojes que Charlie todavía está aquí". Yolanda Lim y Helen Lee eran iguales, siempre que estaban con Johnny Lim se comportaban como buenas esposas e hijas, y hablaban mal de Wendy.
"Charlie, siento que hayas tenido que ver esta terrible situación”, explicó Johnny más calmado.
Charlie Hong se burló con indiferencia como si no le importaran en absoluto los problemas familiares de los demás.
Yolanda Lim sacó un poco de dinero de su billetera y dijo: "Querida hermana, solo tengo 400 dólares que ahorré del mes pasado. Ya sabes que, aunque papá sea rico, yo nunca gastó dinero a la ligera”. Tonterías, ¿Quién le iba a creer eso?
"Wendy, necesitas irte ahora”, gritó enojado Johnny, claramente si no se iba la volvería a golpear. Wendy Lim no quería mostrar más vulnerabilidad ante ese hombre, así que agarró los 400 dólares y se marchó enojada, pero con firmeza
Detrás de ella, Helen Lim, gritó de mal humor: "¿Dónde está el ama de llaves? Ven a cambiar la alfombra que está asquerosa”.
La estación de autobuses estaba lejos de la villa y Wendy necesitaba caminar bastante, agarró con fuerza los 400 dólares y los metió en su bolsillo. No les había tirado el dinero en sus caras, no por timidez, sino porque era dinero de la familia Lim y ellos le debían mucho.
"Toot"
Wendy volteó y vio un Land Rover blanco detrás de ella. Al reconocer al hombre que manejaba, empezó a caminar más rápido. Sin embargo, el coche aceleró y frenó de golpe delante de ella. Antes de que Wendy pudiera rodear el coche, el hombre abrió la puerta y se acercó. Por la expresión en su rostro, Wendy ya se imaginaba lo que estaba pensando: "Si necesitas el dinero, ¿por qué no aceptaste los 3000 dólares?"
"Toma", dijo Charlie Hong extendiéndole una bolsa de hielo.
Wendy observó que era una bolsa de hielo médica, pero al no saber sus intenciones, decidió no aceptarla. Charlie le lanzó la bolsa de hielo a sus brazos, Wendy lo agarró y se lo puso en su frente, mientras lo miraba con desconfianza.
Charlie Hong sacó su mano derecha que tenía escondida detrás de él con un estuche tan delgado que solo cabía una pastilla dentro. Sacó una botella de agua y le dijo a Wendy: "Tomate esta pastilla, necesito ver que la tomes"
Sólo entonces Wendy comprendió de qué se trataba. "No la necesito", dijo mientras agarraba la pastilla y se la tomaba. La píldora le causó dolor al pasar por su garganta, pero ella no mostró ninguna expresión. Cuando levantó la mirada se encontró con la mirada profunda de Charlie y apartó la vista.
Charlie Hong sacudió la llave de su auto y dijo: “¿A dónde vas? Te puedo llevar”.
"No es necesario", le respondió Wendy y Charlie se subió a su auto.