Simon sintió que se le resecaba la garganta mientras se tambaleaba por la sorpresa de su reacción.
Su manzana de Adán rodó mientras croaba con voz ronca: "¡Suéltame!"
"No..." Emily negó con la cabeza mientras las lágrimas le oscurecían la vista. Ella nunca dejó de patearlo mientras murmuraba roncamente: “¿¡Qué he hecho mal, Boyd Parker!? ¡¿Qué hice para merecer tal final?! ¡Hicimos una promesa! ¡Regresarías aquí y nos casaríamos! ¡Compraríamos un apartamento pequeño y ahorraríamos algo de dinero para una casa más grande!”.
Simon frunció el ceño y tomó sus manos, “¡MIRA BIEN! ¡YO NO SOY EL HOMBRE CON EL QUE ESTÁS HABLANDO!
Emily siguió gimiendo como si apenas hubiera oído una palabra: “¿No he podido satisfacerte? ¿Es asi? ¿¡Que los encantos en el extranjero eran demasiado fuertes para que te contuvieras!? ¡Yo también puedo darte! ¿¡Estoy dispuesto a entregarme a ti ahora!?”
Rápidamente se desabrochó la camisa.
Estaba de pie junto a ella, y cuando Emily tiró de él con todas las fuerzas q