Capítulo 115
Luisa bajó la mirada, desviando la vista hacia abajo.
Andrés estaba sosteniendo su mano, entrelazando sus dedos, y con un tono burlón, dijo: —¿Una cita? ¿Luisita podría fijarse en ese tipo de basura después de estar conmigo?
Hablaba de manera directa y sensata.
Luisa sonrió comprensivamente, y se acurrucó tiernamente en los brazos de Andrés, —Andi tiene razón, ahora sólo tengo a Andi en mi corazón, ¿cómo podría pensar en aquellos desechos sociales con los que salí cuando era joven e ingenua?
La sonrisa de Carlos se congeló y su rostro se oscureció.
Qué bien hablaba.
¿Así de despreciable era él a sus ojos?
Las manos de Carlos, colgando a su lado, se cerraron en un puño, conteniendo con esfuerzo la ira y la frustración interior.
Al mismo tiempo, un destello de celos casi imperceptible pasó por los ojos de Valentina, quien mordía su labio en secreto, maldiciendo a Luisa innumerables veces en su mente.
Entonces, Fernanda, con un tono sarcástico, le dijo: —Señorita Paula, por eso digo que s

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