Capítulo 137
Andrés, que siempre se muestra altivo y superior, nunca había bajado la cabeza ante nadie.
Solo Luisa lograba que él, de buen grado, inclinara la cabeza.
Luisa rodeó con sus brazos el cuello de Andrés y lo besó.
A pesar de la multitud, Luisa se sintió avergonzada de besarlo profundamente, apenas rozó sus labios y se preparó para alejarse.
De repente, Andrés extendió su mano y sujetó su nuca, profundizando el beso.
Al darse cuenta, Luisa luchó por liberarse de su agarre y su rostro se sonrojó de inmediato.
Luisa tosió tácticamente un par de veces para cubrir su vergüenza, —¡Cof, cof!
—Esto está lleno de gente, esperemos que llegemos a la habitación para seguir besándonos.
Andrés estaba de buen humor, sus ojos y cejas se suavizaron, y una sonrisa se dibujó en sus labios, —Está bien.
Luisa se giró con el rostro aún rojo.
De repente, su expresión se congeló en su rostro y la sonrisa en sus labios desapareció abruptamente.
Una ráfaga de frío cortante barrió el lugar y comenzó a nevar nuevam

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