Capítulo 190
—Andi, creo que la persona que me empujó hoy en la calle es uno de los hombres de Daniel. No se me ocurre nadie más que haría algo así.
Andrés apretó el abrazo alrededor de Luisa, y sus ojos profundos y oscuros destellaron con un frío intenso: —He confirmado que Daniel ha regresado al país.
El cuerpo de Luisa se tensó.
—Luisita, intenta salir menos y trabaja desde casa.
—¿Es Daniel realmente tan peligroso?
Andrés soltó a Luisa y colocó sus manos sobre sus hombros, mirándola fijamente a los ojos: —No quiero arriesgarme, Luisita. Solo el hecho de pensar que hoy casi te hubiera sucedido algo…, hizo que me aterrase hasta el punto de paralizarme el corazón. Te valoro más que a mi propia vida.
Los ojos de Andrés se humedecieron: —Contra Daniel, estoy seguro de que puedo ganar. Puedo ser más cruel que él en su propio juego. Pero él es un hombre sin emociones, sin debilidades, podríamos decir que sin humanidad. Yo soy diferente, te tengo a ti.
—Luisita, no puedo permitirme arriesgarte.
La luz

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