Capítulo 216
—Mireya, justo me hacía falta alguien que cocinara y cuidara niños. Te envié la dirección para que vieras cuándo te convenía venir directamente. Avísame antes de llegar.
Mireya respondió con una sonrisa: —Me viene bien ahora, ¿está en casa? Voy para allá de inmediato.
—Está bien, ven.
Tras colgar el celular, Mireya le dijo a Andrés: —Presidente Andrés, la señorita Luisa aceptó.
—Uh, ella siempre se olvidaba de comer cuando estaba ocupada, y vivía cerca de la oficina. Necesitarás llevarle comida al despacho durante los días laborables. Te pagaré un salario, y no rechaces el que te ofrezca Luisa. Tampoco le digas que soy yo quien te envía.
Mireya, al oír que recibiría un salario doble, se mostró muy contenta y aceptó repetidamente: —Claro, claro, presidente Andrés, no se preocupe, cuidaré bien de la señorita Luisa.
...
Después de Año Nuevo, Andrés estaba muy ocupado en la empresa.
No se permitía detenerse ni un segundo; si tenía un momento libre, el rostro de Luisa se le venía incontrola

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