Capítulo 242
—¿No que todavía no habíamos tenido tiempo de avisar?— Andrés miró su reloj. —Ya es tarde, tengo que llevarme los documentos y salir corriendo.
Doña Ximena frunció el ceño con un aire de descontento, y su tono adquirió un matiz de reproche. —Termina de comer y luego te vas. Si algo sucede, yo me hago responsable.
—Eso no puede ser.— Andrés mantuvo su tono despreocupado. —Usted sola no puede representar a la empresa. Espere y verá, en un momento recibirá una llamada para regresar y asistir a la junta directiva.
Dicho esto, Andrés dejó atrás a un grupo de personas en el vestíbulo, subiendo las escaleras sin hacer caso a nadie más.
Abajo, los miembros de la familia Castro se miraron entre sí.
Don Ignacio fue el primero en hablar: —doña Ximena, ¿Andrés no sabe que esta comida fue un arreglo mutuo entre nuestras familias para que él y Tania se conocieran oficialmente?
Aunque don Ignacio tenía dos años más que doña Ximena, debido al estatus y posición de ella, aun así se dirigía a ella respe

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