Capítulo 337
—¡Claro que me gustan! —exclamó Violeta con entusiasmo.
Francisco esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos.
Miró a Andrés con una expresión que parecía decir: "También has aprendido a utilizar a los niños para tus propósitos, ¿no?" ¿No estarás acaso aprendiendo de mí?
Andrés le sostuvo la mirada con una sonrisa en los ojos: "¿Qué pasa?" ¿No lo soportas?
Al ver que a Violeta realmente le encantaban esos regalos, Carla terminó por aceptarlos.
Su actitud hacia Andrés también se tornó un poco más cálida.
Andrés conversó brevemente con Carla, sin mostrar intención de marcharse.
Carla pidió a los sirvientes que subieran todos los regalos al piso superior para que Violeta pudiera jugar con ellos con mayor comodidad.
Violeta, emocionada, tomó de la mano a Aída y ambas subieron juntas.
En el sofá del salón, Andrés y Francisco permanecían sentados como dos estatuas.
La atmósfera entre ellos era evidentemente tensa.
Carla los saludó brevemente antes de subir a acompañar a Violeta.
Luisa no quer

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