Capítulo 391
Mientras ellos comían, Rosa esperaba en el auto, sin saber qué estaba pasando.
Aunque sentía algo de curiosidad, pero no preguntó nada.
Después de todo, era un asunto personal de su jefa, y no le correspondía entrometerse en eso.
En el ascensor, Luisa apresurada le dijo a Violeta: —Violeta, no le digas a mamá y papá que hoy comiste con Andrés, ¿sí?
Violeta aceptó. —Está bien, Luisa.
—Muy bien, qué niña tan buena.
Al regresar a su habitación, Luisa sacó el celular y revisó con atención los mensajes.
Francisco: [¿Ya llegaste a casa?]
Luisa: [Apenas.]
Francisco: [Descansa temprano, buenas noches.]
Luisa: [Mmm.]
...
Al día siguiente, al despacho de Luisa llegó muy temprano una visitante no invitada.
Fabiola, vestida con un conjunto profesional color beige claro y cargando un bolso Hermès, caminaba con paso firme y elegante atrayendo todas las miradas.
—Wow, ¿quién es ella? Qué presencia tan elegante y qué hermosa.
—¿Será una clienta o alguien que quizás viene a aplicar para un cargo?
—Debe

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