Capítulo 410
El policía se puso los manos libres. Fingiendo estar familiarizado con la persona al otro lado, dijo: —Señor Vicente, disculpe, anoche la pasamos tan bien que se me olvidó enviárselo.
El hombre al otro lado cayó en la trampa. —¡Date prisa! ¡Quiero que esa perra de Fabiola quede arruinada! ¿Ustedes sí encontraron a los seis hombres que pedí para darle una lección?
El policía siguió el hilo de la conversación. —Sí claro, ahora mismo le envío el video.
—¡Rápido!
El tipo colgó después de decir esto.
Luisa y Fabiola se miraron.
Probablemente esa persona no conocía bien al dueño del teléfono, pues solo estaban colaborando temporalmente. Así que no notó el cambio de voz.
Ese tipo era tonto.
El policía pronto averiguó quién era el propietario del número.
El policía le dijo a la víctima: —Se llama Vicente, ¿lo conoces?
—¡Vicente! —Fabiola abrió los ojos. —Ese hombre antes era subgerente del departamento de proyectos en mi empresa, lo despedí hace unos días.
Luisa dijo con seriedad: —Así todo ti

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