Capítulo 423
En los ojos del hombre se reflejaba el cansancio y negó con la cabeza.
Luisa dijo: —Sube a dormir un rato.
Andrés respondió: —Está bien.
No muy lejos, las voces de la gente se elevaban y caían. Luisa miró en esa dirección: era el equipo de rescate que había llegado.
Olga también se despertó por el ruido, bajó desde el piso de arriba. Se frotó los ojos y preguntó: —¿Qué es ese sonido?
Ella se volvió para mirarla y respondió: —Es el equipo de rescate que ha llegado.
Olga se acercó, y al ver al hombre que estaba de pie frente a Luisa, se detuvo. —¿Quién es este señor?
—Él es... —Luisa dudó un momento antes de decir. —Es el señor que llamó anoche, se apellida Martínez.
—Ah, ya veo, así que es él. —El tono de Olga se elevó, su expresión fue sutil y la mirada que dirigió a Luisa estaba cubierta de cierta curiosidad.
En ese momento, Alejandro, el asistente que se había apartado voluntariamente hacía poco, también se acercó. Miró a Luisa y la saludó: —Señorita Luisa, buenos días.
Luisa sonrió

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