Capítulo 431
Por la noche, Sergio los invitó a cenar en un restaurante muy famoso.
Ese restaurante estaba ubicado en un jardín.
Un sendero de losas de piedra se extendía bajo sus pies.
Las construcciones clásicas estaban distribuidas por todo el lugar; en el centro del patio había un estanque, sobre cuya superficie flotaban algunos lotos de color rosa y blanco. De vez en cuando, algunos peces nadaban tranquilamente, formando delicadas ondas en el agua.
Al borde del estanque, un puente exquisito se extendía por encima.
Cuando ellos llegaron, ya era el atardecer.
El sol se estaba poniendo y el resplandor dorado del crepúsculo bañaba todo el patio, otorgando a este jardín clásico un brillo suave y cálido.
—Sergio sí sabe elegir lugares. Este sitio es precioso. —Dijo Catalina sonriendo.
Sergio respondió: —Este restaurante es de un amigo mío, no está abierto al público.
Fernanda lanzó a Sergio le dijo cortante: —¿Otra vez alguno de tus amigos del sexo opuesto?
Sergio se apresuró a explicar: —¿Qué amigos

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