Capítulo 477
Por la noche.
Luisa regresó a la casa González después de un día ocupado.
Apenas detuvo el auto, Carla salió a recibirla.
Carla no mostraba buen semblante; la llevó a un lado y le dijo en voz baja: —Luisita, tu papá ya sabe que volviste con Andrés, está muy enojado. Ahora mismo está sentado en la sala con una expresión muy rara. Si no quieres enfrentarlo, mejor regresa por hoy y vuelve otro día cuando se le haya pasado el enojo.
Luisa sintió un sobresalto en el corazón. ¿Tan rápido se había enterado?
Bajó la mirada y pensó un momento antes de responder: —Está bien, Carla, mejor entro. Tarde o temprano tendré que enfrentarlo, huir no sirve de nada.
Carla suspiró. —Entonces, ve, pero habla bien con tu papá. Él te quiere mucho, si le hablas con el corazón, te va a entender.
—Sí —Luisa exhaló y se dirigió hacia la casa—. Ya lo sé. Gracias, señora Carla.
Entró a la casa, al vestíbulo del primer piso.
Tal como Carla había dicho, Miguel estaba sentado en el sofá.
Luisa entró y lo saludó: —Pap

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