Capítulo 19
Después de un largo tratamiento y rehabilitación, la mano de Santos finalmente recuperó su funcionalidad básica.
El médico le dijo que, si seguía con la terapia, algún día podría volver a tomar un bisturí.
En ese momento, la persona más feliz fue Regina.
—Santos, tu mano ya está prácticamente recuperada —dijo Regina con voz sincera. —Ahora, ¿sí puedes curarme?
Santos miró a Regina con una expresión tranquila y serena.
—Fuiste tú quien destruyó mi mano, ¿no es lógico que seas tú quien la cure?
Por supuesto, Santos también tenía sus propios motivos: quería que Regina se volviera completamente pobre, y que, aunque quedara paralítica, no tuviera nunca una vida tranquila en el futuro.
Santos hizo una pausa y luego esbozó una sonrisa. —Lo siento, pero debido a esos medicamentos falsos, tu enfermedad ya es irreversible. Me gustaría poder ayudarte, pero realmente no hay manera. —¿No hay manera? —Regina entendió al instante, y la voz le tembló—. Tú... Lo hiciste a propósito, lo retrasaste todo

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