Capítulo 18
Él estaba ansioso. Pero ni la visa ni los boletos de avión eran trámites que pudieran resolverse de inmediato.
Cuando puso un pie en suelo noruego y tras contactar a la embajada junto a la policía local, logró averiguar el paradero de Liliana. Ya habían pasado tres días.
Fernando llamó a la puerta del departamento, gritando el nombre de "Liliana". Sin embargo, fue detenido por el propietario, quien estaba ordenando la habitación. Le preguntó con desconfianza: —¿Quién es usted?
—Estoy buscando a Liliana. —Respondió él. Luego se dio cuenta de que ella usaba su nombre en inglés. Así que se corrigió: —Es mi esposa. Entre nosotros hubo un malentendido. Quiero hablar con ella y aclarar las cosas.
El propietario agitó la mano negando con la cabeza: —Aquí no vive la persona que busca.
—Ella se llama Liliana. Su nombre en inglés es Lily.
Aun así, el propietario insistió: —Mi inquilina se llama Carolina, no es la persona que usted dice. Se está equivocando.
"¿Carolina?"
Fernando se quedó desconc

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