Capítulo 12
La herida de José no sanaba, pero se dio de alta antes de tiempo, pese a las indicaciones del médico.
Gastó 15 millones en una confesión en la rosaleda más lujosa de Sierraclara.
El jardín estaba cubierto de rosas traídas especialmente de Francia, cada una elegida por él mismo. La selección musical le costó tres noches sin dormir, revisando cada detalle. Los fuegos artificiales estaban diseñados a gusto de Patricia, formando constelaciones en el cielo y haciendo aparecer su nombre en el momento más romántico.
Incluso probó personalmente cada plato del banquete y no paró de cambiar la añada del champán hasta encontrar la perfecta.
Ramón, al verlo tan entregado, bromeó: —Como sigas así, van a pensar que te postulas para alcalde.
José no respondió, solo comprobó de nuevo el reloj, faltaba media hora para la cita.
Sin embargo, pasó media hora, luego una hora...
Y Patricia seguía sin aparecer.
José permanecía de pie en la terraza cubierta de rosas, acariciando con los dedos el anillo de dia

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil