Capítulo 379
Lo que Sophia no esperaba era que el Dylan de ahora fuera aún más pervertido que el de antes. No sólo tenía amoríos con muchos hombres, sino que ahora había tenido la osadía de secuestrarla.
En algunos aspectos, por suerte, Dylan era como una mujer, de modo que no le complicó mucho las cosas a Sophia.
En su tiempo libre, se reunía con ella para charlar; no parecía en absoluto un secuestrador. No se ponía una máscara para ocultarse ni llevaba un dispositivo para cambiar la voz, más bien se mostraba completamente relajado. Simplemente, se sentaba allí con ella, sin preocuparse en absoluto de que pudiera escapar.
"¿Sophía? Te he visto antes".
La fisonomía de Dylan era muy delicada. Si alguien no se fijaba bien, seguramente pensaría que se trataba de una chica.
"Pero yo no te había visto".
Sophia no se comportaba como lo haría una persona secuestrada. No sólo no se veía asustada, sino que incluso, hablaba tranquilamente con Dylan.
"Es cierto. Por aquel entonces yo iba en secreto a ver a RK. ¿Quién me iba a decir que había hecho buenas migas contigo?" Los ojos de Dylan ardían de celos. "Uff, han pasado ya algunos años desde la última vez que nos vimos, pero su buen gusto se ha deteriorado".
Sophia resopló con desdén y dijo: "Si le gustas, entonces se puede decir que tiene mal gusto".
"Realmente no le gusto, pero a mí sí me gustaba él y me sigue gustando mucho". En cuanto mencionaron a RK, Dylan comenzó a ponerse muy ansioso.
"Si no le gustas, ¿por qué sigues tan obsesionado? ¿Eres un pervertido?" Sophia no lo entendía en absoluto. No había nada del otro mundo en RK, entonces, ¿por qué había tanta gente tan obnubilada con él? Afortunadamente, ahora se había dado cuenta de todo esto, si no, sería como el pervertido de Dylan. Daba miedo sólo de pensarlo.
"No lo entiendes. Yo lo amo más que a nadie".
Las palabras de Dylan repugnaron a Sophia.
"Si realmente lo amas, ¿le harías daño? Si lo amas de verdad, ¿le destrozarías la vida? Si en verdad lo amas, deberías dejarlo ir y que sea feliz". Sophia intentaba persuadir a Dylan para que se comportara razonablemente.
"No, ¿por qué debería dejarlo ir? Lo quiero. Yo lo amo más que a nadie", le reiteró. "¡¿Por qué no podemos estar juntos?!"
Mientras hablaba, Dylan se fue agitando.
"No existe forma de forzar el amor. Fíjate en mí, llevo muchos años intentando forzar las cosas, pero sigue sin dar resultados". Sophia no dudó en darle a Dylan una dolorosa lección. "Mírame ahora, viajando sola, comiendo, bebiendo, y divirtiéndome. ¿No te parece una buena vida?"
"Eso lo dices porque eres estúpida. No hay nada mejor que estar acurrucado en los brazos de tu amado".
Dylan la reprendió con frialdad. "Eres sólo una perdedora. No digas tonterías delante de mí, no quiero escucharlas".
Sophia curvó los labios y sintió que sus buenas intenciones no servirían para nada, así que, simplemente, se limitó a cerrar la boca y no decir ni una palabra más a Dylan.
"¿Tú crees que me ama?". Dylan seguía inmerso en sus propias fantasías, con una mirada de esperanza y dicha en su rostro.
Sophia cerró los ojos y lo ignoró, perdida en sus pensamientos.
"Dime, a partir de hoy, ¿crees que me pertenecerá? No, no, voy a morir. No quiero vivir para siempre. Con que tenga esta única noche con él, será suficiente". La cara de Dylan estaba llena de lascivia.
Nadie sabía cuántas veces Sophia había sentido ganas de vomitar escuchándolo, pero seguía fingiendo estar en calma. Era realmente difícil.
"Lo extraño todos los días, sin importar el hombre que esté a mi lado. Sólo pienso en él".
Dylan seguía hablando y Sophia estaba a punto de estallar.
¡Basta! Quería vomitar. Era tan repulsivo.
"¿Sabes cómo me di cuenta de que me gustaba?", preguntó Dylan.
"No lo sé", respondió Sophia, fingiendo interés.
"Cuando tenía 13 años, casualmente, vi a mi hermano duchándose, y me quedé de piedra. Sentí que me sangraba la nariz, entonces comprendí que me gustaban los hombres. Siempre había rechazado relacionarme con mujeres, pero esperaba poder convertirme en una, para poder ligar libremente con ellos".
Sophía sintió aún más asco. Ella pensó: "Este tipo, diciendo tantas suciedades, ¿qué será lo que piensa hacer? ¿Realmente se acostará con RK esta noche? Pase lo que pase, RK no puede ser arruinado por este enfermo".
"Dylan, ¿no me digas que vas a dormir con RK esta noche?", preguntó ella con cautela.
"Por supuesto que sí. Con tu vida en riesgo, yo no creo que se vaya a negar a desnudarse para mí". Dylan, con una mirada desvergonzada, se veía lleno de confianza.
Sophia pensaba que la cordura de RK podría arruinarse por su causa. "RK… lo siento", murmuró, desde el fondo de su corazón.
"Dylan, escúchame, déjame ir. Aunque tengas el cuerpo de RK, no podrás ganar su corazón. ¿Por qué desperdicias tu vida así? En el futuro, conocerás a un hombre que te ame".
"No, él es la mejor persona para mí. Incluso si me vengo abajo, necesito tenerlo. No importa el precio que deba pagar, estoy dispuesto a morir para conseguirlo".
¿Qué más podía ella decir después de escucharlo expresarse así? Es más, repentinamente, Sophia incluso llegó a sentir que la había convencido.
Hubo un tiempo en que ella parecía pensar del mismo modo. Por desgracia, siempre era difícil ayudar a quienes estaban profundamente atascados en el barro, por lo que era mejor dejar que RK se diera cuenta por sí mismo, para que se le pasara la borrachera.
A veces, si una persona era demasiado persistente, podía adquirir muchos malos y dañinos hábitos. Él también tenía que cambiar algunos de esos malos hábitos, como hizo ella. ¿Acaso no era bueno cambiar?