Capítulo 16
Felipe apretó la mandíbula: —¿Sabes que Elisa es mi esposa?
—¿Ah, sí? — Ricardo miró a Elisa fingiendo sorpresa. —¿Pero cómo es que yo escuché que tú y Eli ya estaban divorciados?
Bajó la cabeza y le dio un beso en la coronilla a Elisa, con una voz llena de cariño: —Eli, tu exmarido vino a atraparnos en la cama, ¿qué hacemos?
Elisa soltó una ligera risa y dirigió una mirada indiferente a Felipe: —Él no es más que mi exesposo, ¿acaso tiene derecho a hablar?
El pecho de Felipe se contrajo y avanzó para sujetarle la muñeca: —Yo no acepté el divorcio.
Habló con voz grave, con una fuerza que no admitía réplica: —Vuelve a casa conmigo. Lo que pasó antes, te lo compensaré.
Elisa apartó su mano con brusquedad, y en sus ojos brillaba una burla: —¿Compensación? ¿Otra vez con ese cuento?
—Felipe, ¿crees que tu compensación es una dádiva celestial?
Se burló: —Antes me gustabas, tal vez entonces sí me habría vuelto loca de alegría, pero ahora...
Retrocedió un paso y tomó del brazo a Ricardo: —Ya no

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