Rafael Extra

En una familia poderosa con hijos gemelos, siempre había uno destinado a convertirse en el sacrificio. Ellos llamaban a eso una medida de seguridad. Desde el momento en que nací, la familia me había designado para ser la sombra de mi hermano mayor. Nunca aparecí ante extraños como Rafael. Tampoco se me permitía salir solo. Solo podía quedarme en la mansión y aprender, una y otra vez, el comportamiento y los hábitos de mi hermano. Si mi hermano se lesionaba, yo también debía sufrir exactamente la misma herida. A mi hermano le gustaba autenticar antigüedades, así que yo debía convertirme en un experto en ese campo. Y aquello que yo amaba la equitación, las carreras jamás se me permitió tocarlo. Era como un duplicado de mi hermano, viviendo más de veinte años en una completa confusión. Hasta aquel día, en que mi hermano trajo a una chica. Ella llevaba un vestido largo blanco; parecía frágil y desvalida, pero en sus ojos se escondían una ambición y un deseo imposibles de ocultar. Nunca hab