Capítulo 17

Fue todo un reto, pero sabía que tenía que mantener el contacto con las personas de mi vida para que las cosas volvieran a la normalidad una vez que pudiera retomar mi vida habitual. Probablemente debía empezar a responder a los mensajes de mis amigos. Mis amigos de la universidad se habían estado enviando mensajes en nuestro chat de grupo para quedar pronto para cenar. Yo los había visto, pero aún no les había contestado. "Es todo por hoy. Volvamos", dije mientras cerraba mi cuaderno de bocetos. Aunque todavía no tenía una idea definida para mi cuadro, no diría que la visita al parque había sido un completo fracaso. Ver a la gente feliz paseando me dio un rayo de esperanza. Las cosas mejorarían, lo sabía. … Cuando regresé al ático, Osirio aún no había vuelto, para mi alivio. No quería encontrármelo. Para ser sincera, no sabía cómo enfrentarme a él, y sospechaba que no me traería más que problemas. La tía estaba allí con la mesa llena de comida. Había tanta comida que me sentí culpable por los hambrientos del mundo. "Osirio no volverá a cenar, ¿verdad?", pregunté. "Oh, no estoy segura, pero si lo llamas, estoy segura de que hará todo lo posible por volver", respondió la tía con una débil sonrisa. Estaba segura de que lo estaba entendiendo todo mal. No pregunté por Osirio porque quisiera cenar con él. Pregunté porque no quería cenar con él. Así que, si iba a volver, prefería pasar de cenar e irme a mi habitación. Bueno, suponía que no iba a volver. Así que cenaría tranquila y agradecida yo sola. "¿Llamarlo? Ni siquiera tengo su número. Y no lo quiero. Es algo agradable que no vaya a volver para la cena. Así que, por favor, no te preocupes", respondí con una sonrisa de oreja a oreja. Empecé a comer la deliciosa comida mientras la tía me miraba y suspiraba sonoramente. La oí murmurar algo en voz baja que no pude distinguir y luego me dejó sola. Cuando terminé de comer, Osirio aún no había llegado a casa. A pesar de la deliciosa comida, sentí que no tenía apetito y terminé por no comer casi nada. Cuando me levanté de mi asiento en la mesa del comedor, me di cuenta de que no había cumplido mi parte del trato por hoy. No había hecho nada por Osirio y, obviamente, como no lo había visto ni había hablado con él, tampoco me había hecho ninguna petición. Me tapé la boca mientras pensaba qué podía hacer o darle. Cuando mi mirada errante se posó en el cuaderno de bocetos que yacía sobre la mesa del comedor, tuve una idea. Tomé el cuaderno y hojeé las páginas hasta que encontré la que buscaba. Sin dudarlo, arranqué lentamente la página y la coloqué sobre la mesa. Como, de todas formas, no lo iba a necesitar para mi proyecto... Esto es para ti, Osirio. Me dirigí directamente a mi habitación y me di una ducha antes de empezar a revisar un montón de chats a los que no había respondido. Mis amigos se sorprendieron de que me hubiera desaparecido de ellos, aunque no habían pasado tantos días. Tras una breve discusión en el grupo de chat, finalmente fijamos una fecha para nuestra cena de grupo. Suponía que podría ir, aunque eso significara que esos tres hombres de negro me seguirían hasta allí. No había recibido noticias de que no pudiera salir ni conocer gente, así que había supuesto que podía hacerlo. Sería una prisionera si no se me permitiera salir o conocer a nadie. Después de trabajar un poco más en mi cuaderno de bocetos, se estaba haciendo tarde y, como no tenía nada mejor que hacer, decidí acostarme pronto. … Había mucho ruido fuera. No sabía qué hora era, pero sin duda me desperté muy tarde al oír ruidos fuertes. Parecía que un grupo de personas había entrado en el ático y se oían muchos gritos y charlas. No necesitaba ser un genio para deducir que se trataba de Osirio y sus amigos. Amigas, a juzgar por las voces agudas que podía oír fuera. ¿Por qué no podían hablar más bajo? Tenía sueño y ese giro de los acontecimientos no mejoraba mi ya de por sí malhumorado estado de ánimo. Sólo quería volver a dormir, por el amor de Dios. Justo cuando pensaba que las cosas no podían ir peor, sonó música a todo volumen por todo el ático. La música de la fiesta retumbaba por todas partes con graves intensos y todo lo que ello conllevaba. De repente, el tranquilo ático se transformó en una pista de baile para mi consternación. ¿Cómo iba a volver a dormirme así? Me tumbé boca abajo y me tapé la cabeza con la almohada para evitar el ruido. Por desgracia, eso no funcionó muy bien. Los ruidos del exterior eran demasiado fuertes. ¿Cuánto tiempo estarían así? ¿Por qué ha tenido que traer gente aquí? ¿Por qué no puede irse de fiesta fuera o, mejor aún, dormir en otro sitio? Por más vueltas que daba en la cama, no conseguía pegar ojo. Me senté en la cama y tiré la manta. Ya que de todas formas no podía dormir, mejor me buscaba algo que hacer. Decidí ponerme a leer un libro para matar el tiempo hasta que aquellos borrachos dejaran de divertirse o se durmieran. Al cabo de un rato, sentí hambre. Precisamente en ese momento tenía que sentir hambre. Era el resultado de no haber comido lo suficiente en la cena. Como de todos modos no podía irme a dormir, tal vez debería ir de puntillas a la cocina a buscar algo de comer. Estaba segura de que estaban en la habitación de Osirio, así que podría evitarlos sin problemas. Estaba en lo cierto. Los de la fiesta estaban en la habitación de Osirio, lo que significaba que podía ir de puntillas a la cocina a buscar algo de comida sin problemas. Abrí la nevera y decidí un yogur con fruta. Iba de vuelta de la cocina a mi dormitorio cuando la puerta de la habitación de Osirio se abrió de repente. Estupendo. Precisamente en ese momento. --Continuará…