Capítulo 212
Pronto grité su nombre con fuerza mientras cerraba los ojos y veía estrellas estallar tras mis párpados. Me corrí entre sus dedos y la intensidad de mi orgasmo me atrapó sin piedad. Mis piernas perdieron fuerza y Osirio me sostuvo el cuerpo rodeándome la cintura con el brazo para que pudiera apoyarme en su cuerpo fuerte.
Jadeé y gemí con la cara contra su pecho mientras intentaba recuperarme del clímax. Aún tenía los ojos cerrados cuando sentí que me levantaba en brazos y me cargaba. Cuando abrí los ojos, estaba tumbada en la bañera y Osirio se quitaba la ropa. Su cuerpo siempre me impresionaba, y me sorprendí admirando sus músculos bien formados y cómo se movía al moverlo. Osirio se metió en la bañera antes de abrir el grifo. El agua tibia llenó la bañera lentamente mientras su mano agarraba la alcachofa de la ducha y la bajaba.
—Abre las piernas, Margarita, te lavaré el coño —dijo Osirio casualmente como si fuera lo más normal del mundo.
Abrí los ojos de par en par, sorprendido, y me

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