Capítulo 262

Mis ojos se posaron en la mesa llena de herramientas de contención. Al final, no me até y Osirio ni siquiera se molestó en hacerlo. De todas formas, no era como si pudiera escapar de esa habitación, y quizás ni siquiera quería escapar. Quédate aquí. Cuando todo termine, podrás irte. Las palabras de Osirio volvieron a atormentarme, y no podía quitarme de la cabeza su rostro impasible. Suspiré por centésima vez ese día mientras daba vueltas en la suave cama king. ¿En qué está pensando? ¿Cómo puede decirme que puedo irme como si ya no importara? ¿De verdad le parece bien que me vaya? Fruncí el ceño antes de cerrar los ojos y cubrirlos con las manos. Me estoy volviendo loca y aún no ha pasado un día desde que estoy encerrada aquí. Me han arrebatado el territorio que tanto me costó ganar. Ya no puedo vagar por la mansión y ya no estoy confinada solo en mis habitaciones. Mi territorio ahora es mucho más pequeño, ¡y ni siquiera tiene ventanas! Ya extraño mi estudio de arte y al pequeño Osirio