Capítulo 343
Osirio ignoró mi advertencia, y su mano pareció apretar mis pechos con más fuerza y rapidez que antes, arrancándome un suave gemido. Sus dedos, con pericia, encontraron las erecciones de mis pezones a través de la ropa y empezaron a juguetear con ellos. Su brazo alrededor de mi cuerpo se tensó y no pude resistirme ni zafarme.
“¿Qué estás…haciendo?” pregunté, aunque ya tenía una idea bastante clara.
“Creando más recuerdos para nosotros”, respondió Osirio sin dudarlo ni avergonzarse.
“Osirio…estamos en una…iglesia…” logré decir con un pequeño gemido.
—Hmm... ¿entonces por qué gimes así? —preguntó Osirio como si fuera mi culpa.
“Porque… me estás tocando… de maneras extrañas…” respondí mientras el calor me subía a la cara.
“No digas que es mi culpa…” bromeó Osirio mientras me susurraba al oído.
Osirio procedió a soplarme suavemente en la oreja y todo mi cuerpo se estremeció en respuesta. Sabía que mis oídos eran extremadamente sensibles, pero no tuvo piedad alguna.
“Es… tu culpa…” murmuré

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