Capítulo 35
Desde el otro extremo de la línea, pude escuchar fuertes vítores y risas, antes de que Osirio se apresurara a finalizar la llamada. Me intrigaba de qué se trataría todo eso; en todo caso, de seguro, no tendría nada que ver conmigo. Entonces, debía pensar con rapidez en qué hacer por el hombre ese día, para poder terminar con ese asunto de una vez.
Con todo, no resultaba fácil, no se me ocurría nada. Acababa de terminar mi primera taza de té y no aparecía ni una sola buena idea en mi cabeza. Comencé a fruncir el ceño y miré alrededor del comedor en busca de inspiración. ¿Acaso debía preguntarle en forma directa qué quería, para terminar con eso de una buena vez?
"Vístete. Vas a venir conmigo", ordenó Osirio, con voz autoritaria, en tanto me miraba por primera vez desde que había entrado a la sala.
"…¿Eh? ¿Yo?", exclamé, en estado de conmoción, al mismo tiempo que me señalaba a mí misma con el dedo.
"¿Quién más está aquí?", preguntó, con sarcasmo.
En efecto, en ese momento éramos las úni

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