Capítulo 58

Si yo pensaba que todo había terminado, estaba a punto de descubrir que estaba completamente equivocada. Observé con recelo cómo él se agachaba frente a mí, mientras yo todavía estaba sentada en el asiento del inodoro. Con su rostro a la altura del mío, él me sonrió; la luz bailaba en sus ojos azules, como si acabara de concebir una idea genial. Pero yo no compartía su entusiasmo; no tenía el menor interés en oír lo que pensaba decirme. "Ya que estamos juntos en el baño, ¿qué te parece si nos bañamos juntos?", sugirió él, como si tal cosa. "¿Eh?", fue todo lo que acerté a responder. ¿Un baño? Estamos esposados ​​juntos… ¿cómo podríamos hacerlo…? "Bueno, ahora que lo pienso, no te bañaste anoche. Pero no me malinterpretes; no apestas ni nada por el estilo", señaló él mientras me sonreía con aire de inocencia. Dudaba de que él fuera tan bienintencionado como aparentaba. "¿Y quién crees que es el culpable de ello?", le espeté. "Mmm... ¿tú misma?", repuso, tras aparentar que había pensado