Capítulo 19
Después de un rato, Jeremy llegó. Sin embargo, no era porque Madeline quería verlo. En vez de eso, él había venido para criticarla violentamente.
La luz de la sala de reuniones era tenue. No obstante, era suficiente para Madeline ver la malicia y aspecto siniestro en el rostro de aquel hombre.
Madeline fue firme. “No empujé a Meredith. Ella se cayó sola a propósito. Jeremy, por favor, ¡Créeme!”.
Al escuchar sus palabras, Jeremy estiró sus manos. Su fría mano agarró la parte trasera de su cuello fuertemente, y tiró de ella hacia él.
Sus profundos ojos negros era como frías dagas mientras lanzaba una mirada y dijo, “No solo hay evidencia, sino que también hay testigos oculares. Aun así, ¿tienes el descaro que decir que no fue obra tuya?”.
“¡No lo hice! ¡Meredith me incriminó! ¡No la empujé! ¡No lo hice!”, Madeline estaba teniendo una crisis emocional. Continuó enfatizando la verdad con la esperanza de que ese hombre le creyera.
Sin embargo, los ojos de Jeremy se volvían cada vez más y más terroríficos. La mano detrás de su cuello apretó su agarre. “¿Meredith arriesgó su vida y la del bebé en su vientre para incriminarte? Madeline, ¿No crees que tu teoría es patética?”.
Madeline soportó el dolor y miró a los ojos de Jeremy. Él la miró como si ella le diera asco. “Él bebé en su vientre no es…”.
“¡Cállate!”.
Antes de que Madeline pudiera terminar, ella fue interrumpida de forma grosera por Jeremy.
Jeremy se puso rojo de la ira cuando empujó a Madeline.
Madeline estaba esposada y no podía apoyarse ella misma. Así que, ella cayó al suelo y un dolor debilitante se disparó en su vientre. Su cara se tornó pálida, pero ella apretó los dientes y forcejeó para levantar su cabeza.
“Jeremy, ¡no lo hice! ¡De verdad yo no la empuje!”.
El hombre se inclinó hacia donde ella; sus fríos ojos negros se fijaron en ella. “Explica tus porquerías en la prisión. Madeline, escucha. ¡Si algo le pasa a Mer y a su bebé, te enterraré junto a ellos!”.
Sus palabras frías martillaron en ella antes de que él se fuera sin compasión.
El frío sudor empapó la frente de Madeline mientras ella se arrastraba hacia la dirección de Jeremy quien se alejaba. Ella pidió ayuda de manera desesperada.
“Jeremy, mi vientre me duele…”.
Sin embargo, el hombre no se detuvo. Él simplemente se alejó.
El oficial cerró la puerta de hierro de la sala de reuniones y llevó a Madeline de vuelta al calabozo.
Esa noche, Madeline sufrió un inmenso dolor en su vientre. Ella le dijo al oficial de su embarazo, pero ella no recibió ninguna ayuda. Por el contrario, ella fue agredida por sus compañeras de celda sin ningún motivo.
Madeline protegió su vientre y dejó que los golpes aterrizaran en su cuerpo.
La líder de la pandilla le jaló el cabello a Madeline y sonrió con malicia mientras la abofeteaba con fuerza. “El señor Whitman nos dijo que te cuidáramos bien, pequeña z*rra. ¿Quién te mandó a acosar a su amada mujer?”.
La sangre en el cuerpo de Madeline se tornó fría. Este era el ‘cuidado’ que Jeremy le había dado.
Ella ni siquiera había empezado a imaginarse la crueldad de Jeremy. Ella estaba embarazada, aun así, él siguió tratándola con violencia.
No obstante, él le había pedido que abortara al bebé. ¿Cómo iba a importarle?
En su corazón, sería mejor si ella muriese.
Al día siguiente, Madeline le contó al oficial de cómo ella había sido apaleada la noche anterior. Sin embargo, la otra parte la miró meramente anonadado, “¿Qué tonterías estás diciendo? ¿Cómo no sabríamos de tales cosas?”.
Madeline sabía que sería inútil quejarse. Nadie podía permitirse meterse con Jeremy en Glendale.
Su corazón estaba frío, y ella estaba desesperaba mientras miraba la celda oscura. A través de su visión que había sido nublada por las lágrimas, ella vio las escenas en su memoria.
‘Jeremy, dijiste que me protegerías por siempre’.
Madeline pensó que ella no tendría ninguna oportunidad de salir. Sin embargo, dos días después, los policías dijeron que la querellante había retirado la demanda en su contra, y ella fue liberada. Sin embargo, la querellante se reservó el derecho de investigar más a fondo.
Después de salir del calabozo, ella vio que el cielo estaba gris; estaba lloviznando.
Arrastrando su cansado y golpeado cuerpo, Madeline estaba a punto de irse cuando ella vio a Daniel al frente de ella.
Ella tenía curiosidad. “Dan, ¿Qué haces aquí?”.
Daniel le sonrió gentilmente y abrió la puerta del coche. “Estoy aquí por ti”.
Madeline estaba reacia puesto que no se había duchado en dos días. Ella estaba sucia e incluso olía; ella no quería ensuciar el coche de Dan.
“Entra, Maddie. Te llevaré a casa”. Daniel pudo ver la preocupación de Madeline, pero a él no le importó.
La lluvia comenzó a caer aún más. Cuando llegaron a la villa, Madeline le dio las gracias. Justo cuando ella estaba a punto de salir, Madeline escuchó la voz de Daniel, “¿Es Jeremy malo contigo?”.
Madeline apartó su rostro. "No. Él es genial conmigo. Gracias, Dan. Ya me voy".
Ella salió del coche en pánico y fue directo al aguacero.
Casi instantáneamente, Madeline estaba empapada. Cuando ella estaba a punto de entrar a la casa, la puerta se abrió. Después, la figura elegante y serena de Jeremy apareció frente a ella.