Capítulo 18

"¡Claro que me acabaré todo mi desayuno, sé que lo hiciste con mucho amor!". Al tiempo que lo decía, Zeph tomó sus cubiertos y comenzó a comer. En ese momento, Vivianna recibió una llamada de Linda. Resultó que Jessamyn le había pedido que la diseñadora llevara personalmente sus bocetos a Lambert Enterprise, ya que deseaba que ella misma se los mostrara. La chica estaba furiosa, pensando que esta vez ella estaba yendo demasiado lejos. Deliberadamente le estaba haciendo las cosas difíciles. "No podemos hacerlo de otra forma, debemos complacerla. Yo traté de hablar con ella, pero no cedió. Tienes que ir tú misma, de lo contrario, cancelará el pedido. Si le gustan los diseños, ella pagará varios millones de dólares. Como te dije el otro día, la empresa valora mucho a esta clienta", explicó Linda. Vivianna respiró hondo para tranquilizarse. Eso siempre le ayudaba a liberar su resentimiento. Luego, se mordió los labios. "Está bien, no te preocupes, lo haré". "¡Deja a tu hijo en casa! Le pediré a Winslow que vaya a cuidarlo. Ya sabes que es una buena chica y le agrada cuidar a Zeph". "De acuerdo", respondió Viviana, quien pensaba que era mejor que el pequeño se quedara en casa a que estuviera en la empresa". "¡Haz tu mejor esfuerzo! Si realmente no puedes satisfacer a Jessamyn y ella cancela su pedido, yo te ayudaré a aclarar la situación con nuestros superiores". "Gracias, Linda", respondió la chica, sintiendo que un cálido sentimiento surgía desde el fondo de su corazón. "De nada", se despidió la otra, antes de colgar la llamada. Vivianna estaba bastante angustiada, ya que ir a Lambert Enterprise significaba que Jessamyn estaba lista para humillarla. Por otro lado, tal vez, ella se encontraría con Xenophilius. Ella se mordió los labios tratando de controlar la lucha que se estaba desarrollando en su interior. Sin embargo, giró la cabeza y miró a su pequeño, quien estaba comiendo tranquilamente sentado a la mesa. Esa imagen hizo que su rabia se esfumara de inmediato. Soportaría cualquier cosa por su hijo. Aproximadamente media hora después, Winslow tocó la puerta, y llevaba con ella una bolsa llena de juguetes. A Vivianna le gustaba mucho esa asistente, aunque solo fuera tres meses mayor que ella. "Señorita Carlewood, no se preocupe, ¡yo me haré cargo de Zeph!". No cabía duda de que adoraba a ese chiquillo. "Está bien, confío en ti. Tengo que irme a la compañía y puede que regrese tarde. Si llega la noche y aún no estoy aquí, prepárale un poco de pasta", sugirió Vivianna. "No se preocupe, él estará bien conmigo", aseguró la asistente. "Mami, vete tranquila, yo no causaré ningún problema. Le haré caso a Winslow en todo lo que ella diga", prometió el pequeño. Vivianna se acercó a él sonriendo y sostuvo su cabecita para darle un beso. "Espérame, porque volveré pronto". "¡De acuerdo! Nos vemos, mami". La chica cerró la puerta y bajó apresuradamente las escaleras. Linda la estaba esperando en el auto. Así que ambas se dirigieron a la oficina para recoger los bocetos de los diseños. Después, su jefa la acompañaría a Lambert Enterprise. Mientras tanto, Yazlynn Yallop caminaba por el pasillo del hospital con su usual traje gris ceñido al cuerpo. Su aire profesional y de eficiencia atraía la atención de los hombres. La mujer caminó con seguridad hacia el consultorio del doctor al que le había entregado los mechones de cabello para que realizara el estudio. "Doctor Wace, ¿ya tiene los resultados de ADN?". El hombre sacó un sobre sellado del cajón y se lo entregó. "Sí, aquí los tiene". "¿Podría decirme cuáles fueron los resultados?", preguntó ella con curiosidad. La mujer supuso que una muestra de cabello pertenecía a su jefe, y que la otra era del hombrecillo que había aparecido en la oficina el día anterior. No soportaba la curiosidad por saber cuál era su relación.