Capítulo 258
Cuando el pequeño corrió hacia Augustine, este lo alzó de inmediato. Él miraba con ternura a su vivaz hijo. Él se apresuró a calmarlo, pues era probable que estuviera triste por haberse separado de su padre.
Cuando el pequeño y Augustine se miraron, la tía Mei se sorprendió. "¿Por qué Zeph se parece tanto a este apuesto hombre oriental? ¿Por qué lo llama papá?", pensó, intrigada.
Aunque era un hombre joven, tenía un aura que inspiraba un temor reverente. Su extraordinario magnetismo hacía que la gente no pudiera apartar la vista de él.
Augustine lo miró fijamente y se mostró cauteloso con respecto a la tía Mei. Inmediatamente les hizo un gesto con la mano a los guardaespaldas detrás de él, indicándoles que no se acercaran. Caminó hacia el jardín con el pequeño en brazos y le dijo en tono cortés a la tía Mei: "Hola, tía. Mi nombre es Augustine y soy el padre de Zeph".
Ella se mostraba dudosa mientras miraba el rostro pleno de alegría de Zeph.
Zeph se apresuró a confirmarlo, diciendo: "¡

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