Capítulo 25
Vivianna se obligó a sí misma a ignorar a ese hombre tan imponente, y miró furiosa a Zephaniah y luego lo reprendió: "No puedes irte así nada más con un extraño y luego decir que es tu padre. ¿Qué te he dicho yo? Sabes que hay muchos delincuentes por ahí engañando a la gente. Por eso, debes pensar bien antes de actuar".
Apenas terminó de darle el sermón, Vivianna cargó al niño y levantó la cabeza llena de valor para mirar a la cara a Augustine. Luego le dijo con rabia: "¿Por qué trajiste a mi hijo aquí? ¿Acaso no sabes que podría demandarte por secuestrar a mi pequeño?"
Augustine levantó las cejas sorprendido, pues esa mujer estaba dispuesta a demandarlo. ¿Acaso se atrevería de verdad a hacerlo?
"Mami...", la interrumpió el niño, mirándola con sus enormes ojos y pidiéndole una explicación sobre lo que sucedía.
"Cállate. Cuando lleguemos a casa, te voy a dar una lección para que aprendas", lo interrumpió a su vez Vivianna, antes de que el pequeño pudiera terminar de hablar.
Augustine no

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