Capítulo 584
Él comió con obediencia inmediatamente. Su puño herido no era muy ágil en ese momento, pero de verdad le gustaba disfrutar de ese desayuno casero.
La joven quiso reír de nuevo, pero se contuvo.
"Me quitaré la venda por la tarde", comentó el conde.
"¿Qué? Pero te dieron una semana y solo han pasado tres días", dijo ella con preocupación.
"Sí, pero no me gusta la sensación de estar vendado. La odio", aseguró, pues quería mostrarle su encanto masculino. Nunca había estado tan ansioso por mostrar su encanto frente a una mujer.
"No, eres demasiado obstinado. Si tu herida no sana, empeorarás por una semana más", ordenó Luciana.
Los ojos de Henry se abrieron con sorpresa. Esa mujer realmente estaba dándole órdenes. Desde su juventud, el único que daba órdenes era él. Sin embargo, no imaginó que podía sentir tanta felicidad con alguien mandándole.
"De acuerdo. Te escucharé. Quitaré la venda pasado mañana", aceptó sin atreverse a desafiarla.
La cara de la muchacha se ruborizó de inmediato. Ya l

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